domingo, 24 de septiembre de 2017

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23 de septiembre – DÍA DE LAS BIBLIOTECAS POPULARES EN ARGENTINA

La Ley 419, sancionada el 23 de septiembre de 1870, propiciada por Domingo Faustino Sarmiento, dio origen a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, con el propósito de fomentar la creación y el desarrollo de estas entidades, constituidas por asociaciones de particulares, con la finalidad de difundir el libro y la cultura. Las bibliotecas populares son instituciones que cumplen un rol social importante desde los albores de la historia de nuestro país, y pioneras en el fomento de la solidaridad y principios del bien común.
En 1986, la ley 23.351 de Bibliotecas Populares estableció los objetivos y el funcionamiento de la Comisión, y creó el Fondo Especial para Bibliotecas Populares.
“El medio más poderoso para levantar el nivel intelectual de una nación, diseminando la ilustración en todas las clases sociales, es fomentar el hábito de la lectura hasta convertirlo en un rasgo distintivo del carácter o de las costumbres nacionales (…) es imposible obtener este resultado sin la difusión del libro, haciéndolo accesible a todas las personas” (Sarmiento, 1870).
“La biblioteca complementa a la escuela y la vivifica sirviendo como un auxiliar para el maestro y como un incentivo de curiosidad para el niño. Porque es la biblioteca de distrito la que pone en manos del habitante en las poblaciones lejanas, libros atrayentes y útiles generalizando los conocimientos donde quiera que haya un hombre capaz de recibirlos” (Sarmiento, 1870).
La Biblioteca Franklin, fue primera biblioteca popular, nació el 17 de Junio de 1866 en San Juan, provincia natal de Sarmiento. Es bajo su iniciativa y la contribución de otro conjunto de personas que se inicia la conformación de su acervo. En 2007 recibió el Premio ABGRA (Asociación de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina) a las Bibliotecas Argentinas, como reconocimiento a la labor que desempeñan para el desarrollo de la comunidad a través del acceso a la información y la generación de conocimientos, por el Proyecto “Catálogo Colectivo de Bibliotecas Populares de San Juan”.


fuente: Abgra

martes, 19 de septiembre de 2017

4 estrategias para enseñar a los estudiantes a evaluar la calidad de la información online

Identificar la relevancia, la precisión, la postura y la parcialidad es clave para que los estudiantes puedan acceder a la información online de una forma adecuada.

Acceder a la información hoy es más fácil que nunca lo cual es extraordinario y enriquecedor, no sólo para los docentes, sino para los estudiantes que han convertido la nube de internet en un punto de apoyo para el aprendizaje y la investigación. Sin embargo, en ese mar de contenidos, la calidad y credibilidad de la información es muchas veces cuestionable, y lo más preocupante de esto, es que los estudiantes no son tan conscientes de este hecho en particular.
En un estudio que buscaba analizar la forma como los estudiantes investigan en internet, realizado por Julie Coiro (profesora de la Universidad de Rhode Island), los resultados indicaron que al menos en EE.UU., un 70% de los estudiantes se preocupan poco por la credibilidad de la información, pocas veces son conscientes de las fuentes (el autor, su perspectiva, tipo de publicación), y por último, cuando se refieren a las características de dichas fuentes, a menudo sus explicaciones son vagas o superficiales.
¿Qué quiere decir esto? Que los estudiantes (y no sólo en EE.UU.) deben aprender a evaluar la calidad de la información a la que están accediendo y para eso, el tema se debe poner sobre la mesa en las salas de clase. ¿Cómo? Julie sugiere algunas ideas:

1. Evaluación crítica

Lo primero que hay que hacer, es hablarle a los estudiantes de las múltiples dimensiones que tiene una evaluación crítica. Esto significa, aprender a hacer juicios sobre la calidad analizando la relevancia, la exactitud, la perspectiva y la confiabilidad. Una vez hecho esto, los estudiantes podrán discutir y compartir sus puntos de vista y podrán notar que evaluar la relevancia y la exactitud, significa también considerar la calidad del contenido en sí mismo. Esta evaluación también implica examinar detalles del autor, cuyo nivel de conocimiento será la clave para utilizar información pertinente.

2. Practicar

Es ideal que el profesor pueda crear distintas instancias para que los estudiantes practiquen estrategias que les permitan evaluar la información en un proceso de investigación. Esta práctica se puede centrar en verificar y refutar la información, investigar a determinado autor, detectar las posturas y la parcialidad, además de reconocer múltiples perspectivas.

3. Instrucciones

Las estrategias mencionadas en el punto anterior se pueden complementar con instrucciones dadas por el profesor que puedan servir como guía. Estas instrucciones pueden ser: pedir a los estudiantes que busquen evidencia que apoye o refute puntos claves, que examinen la pertinencia y la precisión del contenido para determinar la confiabilidad y que consideren la importancia del autor. Esto les ayudará a reconocer ideas que en otro momento quizás ignoraban, a medir la pertinencia de las ideas que antes consideraban 100% reales y a considerar nuevas ideas que pueden ser más precisas.

4. Otras preguntas útiles

A estas estrategias, la profesora suma una serie de preguntas MUY claves que pueden ayudar a los estudiantes en el análisis de búsqueda de información online.
  • ¿Este sitio web es relevante para mi necesidad o propósito?
  • ¿Cuál es el propósito del sitio?
  • ¿Quién creó la información del sitio y cuál es el nivel de experiencia de esa persona?
  • ¿Cuándo fue la última vez que se actualizó la información de este sitio?
  • ¿A dónde puedo ir para verificar la exactitud de la información?
  • ¿Por qué estas personas pusieron ese tipo de información en la web?
  • ¿Este sitio sólo muestra una perspectiva de un tema o presenta varias miradas?
  • ¿Cómo es la postura de las imágenes y los textos según la opinión del autor?
  • ¿Alguien podría sentirse ofendido con la información de este sitio?
  • ¿Cómo puedo conectar estas ideas con mis propias preguntas e interpretaciones?
Y tú, ¿qué estrategias utilizas para que tus alumnos evalúen la calidad de la información?

domingo, 17 de septiembre de 2017

Las distintas partes de las que está compuesto el libro impreso

Pensamos que un libro impreso es algo simple, pero no es así. Y no nos referimos al proceso de creación de contenidos del mismo, que tiene su aquel, sino al libro impreso como objeto físico. Un objeto físico compuesto por una estructura externa y una estructura interna. ¿Acaso tienes claro qué es la guarda? ¿Y la cubierta? No lo confundas con el forro o camisa… ¿Y sabes qué es el colofón?… ¿Y la separata?
Desde la revista Algarabía nos ayudan a distinguir todas las partes, o por lo menos las más significativas, de las que están compuestos los libros impresos con una excelente infografía sobre la anatomía del libro y la explicación de las funciones de cada una de ellas.



Estructura externa del libro impreso

Forro (camisa o sobrecubierta). El francés fourrer, “forrar”, a su vez de fourreau,
“funda”. Cubierta generalmente de papel, que se pone a un libro o a un cuaderno.
Guarda. Del germánico warda, “acto de buscar con la vista”, y éste de wardôn, “atender,
prestar atención”. Cada una de las dos hojas de papel que los encuadernadores colocan
entre los forros y las primeras hojas.
Canto. Del latín cantus, “llanta de metal de una rueda”. Extremidad o lado de cualquier
parte o sitio; corte del libro, opuesto al lomo.
Solapa. De origen incierto; solapar es “colocar una cosa sobre otra, cubriéndola
 solo parcialmente”. Prolongación lateral de la cubierta o camisa de un libro, que se
dobla hacia adentro sin cubrirla del todo, y en la que se imprimen advertencias o anuncios.
Lomo. Del latín lumbus. Parte del libro opuesta al corte de las hojas, en la cual pone el rótulo.
Cubierta. Del latín coopertus, “cubrir”. Cada una de las partes, anterior y posterior, que cubren
 los pliegos de un libro, que suelen ser de un material más duro que el de los pliegos
(cartón, plástico o piel). En la parte anterior se imprime el título de la obra, su autor,
y se incluyen ilustraciones o diseños. En el argot técnico cada una de sus partes se
conoce como 1ª o portada, 2ª, 3ª y 4ª de forros.

Estructura externa del libro impreso


Portada. Del latín porta, “puerta”. Primera plana de los libros impresos, en que figuran
 los elementos necesarios para identificar al libro: el título, el nombre del autor y el lugar
y año de la impresión. De ésta derivan:
  • Anteportada o portadilla: Generalmente es la primera página impresa de un libro.
  • Contraportada (4ª de forros): Parte opuesta a la portada.
Epígrafe. Del griego ἐπιγραφήepígrafe, “inscripción”. Cualquier frase, sentencia o cita
que se coloca al principio de un escrito, sugiriendo algo de su contenido o que lo ha inspirado.
Prólogo. Del griego πρόλογος prólogos, compuesto por las raíces πρό-, pro-, “antes” y
-λογος, -logos, “palabra, discurso”. En un libro de cualquier clase, escrito que antecede al
 cuerpo de la obra.
Índice. Del latín index, “indicador” o bien “señal, indicación”. En un libro u otra publicación,
lista ordenada de los capítulos, artículos, materias, voces, etcétera, en los contenidos, con
 indicación del lugar donde aparecen.
Capítulo. Del latín capitŭlum, diminutivo de capuz, “cabeza”, en el sentido de “parte superior”,
 porque cada una de las divisiones de una obra literaria, un tratado, un presupuesto, una ley, etcétera,
se encabeza con un número o título.
Epílogo. Del latín epilŏgus, y este del griego ἐπίλογος epílogos, que proviene a su vez de epilego,
 “añadir a lo dicho”. Resumen o conclusión de todo lo dicho en un discurso u otra composición
 literaria.
Colofón. Del latín colŏphon,  y este del gr. κολοφώνkolophṓn, “término, fin, cumbre, remate”.
 Nota final que se pone en algunos libros; antiguamente se consignaba en ella algunos de los
 datos que hoy figuran en la portada; ahora suele expresar la fecha en que acabó de imprimirse
 y alguna característica de la impresión.

Otros términos a tener en cuenta

Imprimátur. Del latín imprimātur; de imprimĕre, “imprimir”. Licencia que otorgan las
 autoridades eclesiásticas para imprimir un escrito.
Separata. Del latín, separátum, “cuerpo separado”. Impresión por separado de un artículo
o capítulo publicado en una revista o libro.

Poesía para chicos con vuelo propio

Su “ilimitada fantasía” fue citada como motivo para censurar el libro, La torre de cubos, durante la dictadura. Los censores intuían que había allí un germen liberador y no titubearon en reprimirlo. Laura Devetach vivía en Córdoba, en un barrio obrero, y se había iniciado como narradora contando cuentos a los niños en una guardería. Ese fue el origen del libro tan cuestionado por los militares, en el que se ponía en escena la realidad social y el lenguaje cotidiano –el voseo en literatura era una novedad–, algo revolucionario en una época donde la literatura para niños seguía el mandato del didactismo y lo utilitario.
Hoy, a los 80 años, Laura Devetach recuerda esa época, entre otras cosas, porque acaba de reeditarse su libro Para que sepan de mí, en una edición con viñetas y diseño de Juan Lima y Vero Roca, y ese libro, que en 1987 fue premiado por el Fondo Nacional de las Artes, es uno de los destacados de Alija (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil Argentina) en 2017, en la categoría Rescate editorial. “Llegaron los lobos/ una noche/ huí/ y perdí/ los azahares/ y el limonero”, puede leerse en ese poemario, que no fue escrito para niños y cuya historia también está ligada a la dictadura.
“En aquella época, las cartas siempre eran peligrosas; a mí me llegaban sobres abiertos. Entonces decidimos no escribir ni mandar más cartas. Tenía muchos amigos de la diáspora de Córdoba exiliados en México. Cuando viajaba alguien tomaba los poemas que tenía y se los iba mandando, por eso el nombre del libro, Para que sepan de mí. Y entre nuestros amigos se iban pasando los poemas. Hasta que quedó convertido en un poemario. En el 1988 lo publicó De la Flor. En Barcelona, donde vive mi hijo, algunos poetas y docentes llevaron el libro para los chicos más grandes y tuvieron experiencias hermosas. Por eso le propuse a Calibroscopio publicar libros de poesía que no fueron escritos para chicos pero que los pueden leer. También llevé Balada del aullador de Gustavo Roldán, mi marido, ya fallecido.
–Tu libro no fue escrito para chicos, pero ellos pueden leerlo y comprenderlo. ¿Qué pensás de las fronteras que se establecen entre la literatura para chicos y para grandes?
–Tanto las escuelas como las editoriales hacen esas clasificaciones por edades, que tienen fines pedagógicos o, en realidad, comerciales. Hay un amplio panorama posible para incluir a los niños. Mucha gente leyó libros insólitos a los 9 años. En mi casa tenía libertad total. En la biblioteca de mis padres había novelas sentimentales, policiales, y yo leía lo que se me daba la gana. Si me aburría dejaba el libro y buscaba otro. Uno va haciendo su camino, por eso soy enemiga de los manuales, la biblioteca escolar es mucho más rica.
–Formaste parte de una generación de escritores que renovó la literatura infantil, con Graciela Montes, Gustavo Roldán, Graciela Cabal. ¿Cómo ves ese recorrido?
–Nosotros veníamos del interior, de una vida más en contacto con la naturaleza. En Córdoba, el arte se sentía como una brisa en las calles en esa época. Hicimos programas de tele y de radio con Canela, y también hice teatro y televisión.
–¿Cómo era ese programa?
–Se llamaba Pipirrulines y jugaba mucho con el humor. Decía: estos que parecen dedos en realidad son pipirrulines. Era un unitario que mezclaba títeres y actores. Había personajes como el guardián de la plaza o el “palolisero”, un personaje que iba con un palo liso. Eso lo tomé de los chicos. Mi hijo iba siempre con un palo, era como una prolongación de la mano, como cuando los chicos van con un peluche, un trapito o algo así.
–Volvamos a tu libro Para que sepan de mí. ¿Dirías que esos poemas se relacionaban con tu vida durante la dictadura?
–Creo que sí porque nadie puede decir que no vive respirando aire cuando hay aire. La dictadura era la cotidianeidad.
–¿Recordás las razones que se dieron para prohibir La torre de cubos?
–El decreto con que prohibieron el libro mencionaba exceso de imaginación y falta de metas trascendentes, por ejemplo. Creo que la Iglesia estaba particularmente molesta con ese libro. O lo amaban o lo odiaban. No era consciente de eso, pero introduje el vos, todo lo que tuviera que ver con el trabajo de los chicos, el juego en la calle. No era el tipo de libro que se usaba en aquel momento. Yo iba a contar cuentos a la guardería y los cuentos eran de antes, venían de la oralidad. La torre… tiene 50 años y todavía tiene vigencia.
–Fue un libro innovador.
–No era consciente de eso. Fue un libro que se impuso desde el interior, no conozco otro con el que haya pasado lo mismo. Para ellos había cosas inaceptables, por ejemplo el cuento de Bartolo, que es un sainete sobre el sistema: el capitalista que no quiere que otra persona regale lo que él vende. El libro introducía la problemática social. Sabés que en Santa Fe, este año, se hizo el decreto contrario, recomendando el libro. Eso estuvo muy bien.
–¿Cuál es el rol de la lectura de poesía para los chicos?
–Es una forma expresiva ideal para los chicos. Está casi a la altura del juego. Antes los docentes la rechazaban porque no sabían qué hacer con ella. Pero ahora, a través de la promoción de la lectura, ya ha entrado y gusta. Los chicos antes no querían leerlas y ahora sí. La leen como pueden y generalmente anda bien. Ese era el tema: ¿qué hacemos con la poesía? Pero los docentes leen poesía para chicos; deberían leer todo tipo de poesía. Y en las universidades debería haber cátedras, por ejemplo, de literatura infantil.
–¿A qué atribuís este auge de la literatura infantil?
–Creo que hay una influencia de los narradores de cuentos. En la misma Feria hay actividades con narradores. Hay un batallón de personas y niños leyendo. Los padres que encuentran un espacio para leerles a sus hijos han encontrado un buen lugar de comunicación con ellos y lo aprecian. Y hay huestes de narradores, como Ana Padovani, Ana María Bovo, etc. Al padre que se le narra tiene hijos narrados. En mi libro La construcción del camino lector se plantea que hay que empezar por los adultos. Además, la literatura para chicos es una puerta de entrada a la literatura para padres y docentes. Porque un libro lleva a otro. Y es más fácil entrar a la poesía desde la poesía para chicos.
–¿Qué tipo de actividades sugerís para la lectura de poesía?
–Leer, sencillamente. Es tal el lío que se hace alrededor de la lectura que se olvidan de que lo que hay que hacer es leer. Entonces surgen diálogos, los chicos traen libros de su casa. No hace falta planificar tanto, y sobre todo no ligar la lectura con cuestiones gramaticales.
Quienes busquen en la Feria del Libro Infantil encontrarán también poemas musicalizados y leídos por Laura Devetach, como en el CD Quién sabe, realizado por Mariano Medina, Grillo Bonaparte y Ceci Raspo, además de muchos de sus libros, que nunca pasan de moda porque fueron innovadores casi sin querer. El domingo 16 y el jueves 20, en los stands de Comunicarte, Calibroscopio y Santillana, la misma escritora estará presente para firmar esos libros y prolongar así, cara a cara, esa conversación iniciada hace tantos años en sus relatos y poemas. A no perdérsela.

11 cuentos infantiles que convertirán a tu hija en un ser libre y sabio

1. 'Salvaje'.

Una protagonista valiente, audaz y libre que vive en la selva y que, como cuentan en el libro, es imposible domar... porque no se puede domar algo tan felizmente salvaje. Entre sus mil y una aventuras, la protagonista conoce a otro animal que se parece muchísimo a ella, lo que nos llevará a preguntarnos cuán civilizada es la gente en realidad.



2. 'Mujeres' (1 y 2).


Isabel Ruiz Ruiz, ilustradora y autora de esta obra, sabe que muchas grandes mujeres han sido invisibilizadas a lo largo de la historia y que es importante para las niñas y niños del futuro crecer con estos referentes en mente. Por eso ha creado 'Mujeres': álbumes que cuentan la historia de 18 mujeres reales, luchadores, únicas y grandes ejemplos a seguir.


3. 'Las princesas también se tiran pedos'.

Una vuelta de tuerca a los cuentos tradicionales y una ruptura con el estereotipo de la princesita perfecta. Porque las niñas (y los niños, claro) deben aprender desde bien pequeñitas que la perfección es imposible y que las mujeres, por muy princesas que sean, se tiran pedos, tienen celulitis, estrías y vello corporal. Y que todo eso es lo más natural del mundo, aunque lo normal sea no verlo (y esconderlo).



9. 'Orejas de mariposa'.




Un libro precioso sobre una niña con gran autoestima que, sin embargo, se enfrenta constantemente a las burlas de sus compañeros por tener las orejas demasiado grandes. Estupendo para concienciar en la empatía y el respeto, así como para iniciar conversaciones sobre acoso escolar.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

FELÍZ DIA A TODOS LOS BIBLIOTECARIOS

El 13 de septiembre festejamos en Argentina el día del bibliotecario gracias al congreso de Bibliotecarios reunidos en Santiago del Estero en el año 1942. La determinación de ese día  se remonta al año 1810, fecha en que apareció en la Gazeta de Buenos Aires, un artículo titulado Educación, escrito por Mariano Moreno, en el que informaba acerca de la creación por la Junta de Mayo, de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, y se exhortaba a los vecinos a donar libros. Es la institución que hoy se conoce como Biblioteca Nacional.


Para a todos aquellos que decidimos elegir esta carrera maravillosa, la cual nos transporta  a diferentes mundos cada vez que compartimos con nuestros usuarios sus búsquedas e inquietudes.
Carrera maravillosa que nos da alas para soñar y trasmitir nuestros sueños a los demás.
Carrera maravillosa que elegimos, y que un día como hoy lo celebramos con mucha pasión 

FELIZ DÍA BIBLIOTECARIOS

lunes, 11 de septiembre de 2017

FELIZ DÍA DEL MAESTRO

Hoy, 11 de septiembre, se celebra como todos los años el Día del Maestro en nuestro país, como homenaje a Domingo Faustino Sarmiento conocido como "el padre del aula", en el aniversario de su muerte. Así quedó establecido en la Conferencia Interamericana de Educación que se celebró en Panamá en 1943. 

Sarmiento nació en las Provincias Unidas del Río de la Plata, en San Juan, el 15 de febrero de 1811. Fue un político, escritor, docente, periodista y militar, y gobernó su provincia natal entre 1862 y 1864. Además fue el Presidente de la Nación entre 1868 y 1874; Senador Nacional por su provincia entre 1874 y 1879; y Ministro del Interior en 1879.
  
Su legado mayor fue su lucha por la educación y la cultura; mientras fue gobernador decretó la Ley de enseñanza obligatoria primaria. Antes, en su primer exilio a Chile organizó la primera escuela del magisterio de Sudamérica. 


fuente de la imagen: www.google.com.ar/search?q=día+del+maestro+argentina

miércoles, 6 de septiembre de 2017

PARA TENER EN CUENTA


Toda la colección Libros de Cátedra de Filosofía de la UBA  esta disponible online para descarga gratuita

La Subsecretaría de Publicaciones anuncia que ya es posible descargar gratuitamente la totalidad de los títulos de la Colección Libros de Cátedra. Estos se incorporarán a la brevedad y en paralelo al Repositorio Digital, desarrollado por la Subsecretaría de Bibliotecas, para su búsqueda y recuperación centralizada.
La Colección Libros de Cátedra reúne obras de interés general y especializado que se usan como bibliografía obligatoria en las carreras de grado de la Facultad, garantizando su acceso gratuito a los/as estudiantes.


fuente:http://novedades.filo.uba.ar/novedades/toda-la-colecci%C3%B3n-libros-de-c%C3%A1tedra-disponible-online-para-descarga-gratuita